El pleno del Parlamento de Navarra celebró este jueves un debate sobre el II Plan de Economía Social. Durante su intervención, el consejero de Desarrollo Económico y Empresarial del Gobierno de Navarra, Mikel Irujo, recordó que dicho proyecto tiene, entre sus «grandes objetivos», la creación de más de 4.000 puestos de trabajo y más de 360 empresas de Economía Social entre 2021 y 2025.
Irujo añadió, en respuesta a una interpelación planteada por el grupo Podemos-Ahal Dugu, las cuatro líneas estratégicas en las que se basa esta iniciativa: personas; empresas y entidades; sector; y sociedad y territorio. «La visión que tenemos es posicionar el modelo de economía social como pilar clave de la recuperación económica y social de Navarra», aseguró. Para lograrlo, citó las acciones que está previsto realizar en áreas como la transformación de las empresas, un campus cooperativo, acciones en FP en el ámbito universitario y programas de prácticas. Además, destacó la visión europea del Gobierno foral. «Tenemos la aspiración de ser los líderes en una futura escuela europea de negocios de economía social en cooperación con otras 7 regiones de la UE», añadió.
Frente a esta respuesta, Ainhoa Aznárez (Podemos-Ahal Dugu) consideró que «el sistema actual hace aguas» y que tiene una grave «falta de resistencia y resiliencia» ante las crisis. Por el contrario, opinó que la economía social «ha resistido globalmente mejor que el resto de la economía y ha permitido limitar de manera significativa los efectos de la crisis».
En representación de Navarra Suma, Maribel García Malo valoró la labor del sector, que es «muy potente» en Navarra. «Gracias al buen hacer de las empresas de economía social y a muchos años de un trabajo serio y profesional, hoy Navarra es una región reconocida en este ámbito». No obstante, mencionó algunas de las «asignaturas pendientes» que, bajo su punto de vista, mantiene el Ejecutivo con cooperativas y sociedades laborales, como el porcentaje de reserva de contratos públicos, entre otras.
AinhoaUnzu, del PSN, subrayó que los hitos alcanzados «no ha sido fruto de la inercia, sino del trabajo de muchos gobiernos a nivel estatal y autonómico que han dado impulso y han realizado un acompañamiento adecuado». Paralelamente, destacó el papel desempeñado en ese desarrollo por «las familias que forman parte de la economía social».
Desde Geroa Bai, Mikel Asiain destacó de este modelo económico que «pone a la persona en el centro», que engloba a más de 1.200 empresas con 20.000 empleados, y que cuenta con una facturación de más de 2.400 millones. Unos datos «muy positivos» que a su juicio deben servir «como acicate para profundizar en su crecimiento cuantitativo y cualitativo».
Finalmente, Arantza Izurdiaga (EH Bildu) demandó al Ejecutivo «promover e impulsar» este tipo de empresas mientras que Marisa de Simón (I-E) lo definió como «una apuesta muy válida para salir de la crisis».