Siremla Parra, de la sociedad microcooperativa Media Konnector, protagonizó una nueva Mesa de Trabajo organizada por Anel para sus empresas asociadas. Con el título “Transformación Digital: el cambio es ahora o nunca”, el objetivo era reflexionar sobre qué representa la transformación digital en esta etapa de “nueva realidad”, cómo puede ayudar a las empresas a adaptarse a los cambios, qué tendencias de tecnología conocer o cómo trazar la ruta de transformación digital de la empresa.

La situación de pandemia y crisis sanitaria y económica vivida estos meses ha provocado un cambio “fuerte y rápido” en las empresas, confirmó Siremla y, como consecuencia, la transformación digital está adquiriendo mucha importancia. El reto está, explicó Siremla, en verla como una oportunidad que va a permitir a la empresa mejorar sus servicios y crecer a la vez que contribuye a construir una sociedad más generosa y feliz. Para Siremla, “todas las empresas vamos a pasar por este cambio. El cambio es ahora o nunca”.

En los últimos 25 años, la industrialización ha dado saltos agigantados en lo que a maquinaria y tecnología se refiere. Ahora estamos en la industria 4.0. y conceptos como sistemas físicos cibernéticos (CPS), Internet de las cosas (IoT), redes… ya forman parte de nuestra sociedad y de la vida de las personas. Hoy en día, con un simple dispositivo como un teléfono móvil podemos comprar, consultar cualquier tipo de información, realizar videoconferencias, editar vídeos… “Las personas hemos crecido y nos hemos adaptado a las nuevas tecnologías, y esto lo tenemos que hacer con nuestras empresas. Las necesidades son cambiantes”, advirtió Siremla.

DIGITALIZAR, AUTOMATIZAR Y ROBOTIZAR

Darwin dijo: “No es la más fuerte ni la más inteligente de las especies la que sobrevive. Es aquella que más se adapta al cambio”. Este darwinismo digital, matizó Siremla, no es otra idea que “transformarse digitalmente para ser más eficientes y eficaces, y para dar el valor que le corresponde a nuestros clientes”. Para ella no hay duda de que las empresas de economía social “están más prestas a adaptarse a este cambio porque su principal valor es la cooperación, la colaboración, el compromiso, valores que ayudan a identificar más fácil qué necesitamos”.

Las empresas tienen que tener claros los conceptos más importantes de una industria 4.0. Son tres: digitalizar, automatizar y robotizar. Digitalizar, porque hay que captar la mayor data posible para trabajar en pro del cliente. Automatizar procesos repetitivos y manuales para tener mayor eficiencia. Robotizar para convertir la data en información que permita dar predicciones y adelantarse a las necesidades del cliente. Tecnologías como el Internet de las cosas (IoT), la fabricación auditiva, Big Data, inteligencia artificial, robótica colaborativa, realidad virtual y realidad aumentada son las herramientas que clave para desarrollar esta industria 4

ACCIONES CORTAS Y DECIDIDAS CENTRADAS EN EL CLIENTE

Con la nueva normalidad, Siremla aconsejó “diseñar estratégicamente un plan de cambio a largo plazo, a 1, 5 o 10 años, para poder adaptarnos y dar respuesta a estos cambios. Tenemos que hacer prototipos y pruebas tempranas porque si cometemos un fallo, es mejor ahora porque las consecuencias van a ser menores”. Por ello, este plan tiene que estar perfilado en acciones cortas y decididas centradas en el cliente digital. “El 80% de nuestros beneficios proviene del 20% de nuestros clientes. Es fundamental conocer de dónde me viene la data de cada uno de ellos”, recordó Siremla.

¿Por dónde empezar? Lo primero y fundamental es conocer al cliente y después identificar qué procesos se le está dando. Recopilar la información, automatizarla y convertirla en “data inteligente”, para lo que hay que “tener los criterios claros porque por mucha tecnología que tengas, te vas a equivocar”. A continuación, hay que desarrollar los proyectos por fases ágiles y cortas identificando la tecnología más acertada. Todo ello es posible integrando a los empleados de la empresa y “creando talento” formándoles para los nuevos puestos de trabajo que conlleven estos cambios. Este proceso optimizado logra una “economía circular en la que los ahorros obtenidos se invierten en nuevos cambios y mejoras para la empresa”, explicó Siremla, y unos beneficios “sostenibles y sustentables”.

“Está demostrado que la satisfacción de los clientes sube en un 40% y la productividad de los empleados en un 70%, y el tiempo en el diseño de productos y los costes administrativos disminuyen hasta en un 60%”, mostró. Y recordó, para finalizar, que “toda ruta de transformación digital comienza y finaliza con las personas, es decir, con un cambio cultural por parte de estas que culmina en un crecimiento del talento”.

Foto: cedida.