Las empresas de Economía Social tienen un papel clave en los planes de recuperación económica y social de Europa por su aportación a un desarrollo sostenible e inclusivo, basado en la innovación y la sostenibilidad, tal y como se ha constado en la primera reunión de la presidencia española del Comité de Seguimiento de la Declaración de Luxemburgo.

En dicha reunión, tomaron parte altos representantes de 14 Gobiernos de la Unión Europea, de la Comisión Europea, del Parlamento Europeo, del Comité Económico y Social Europeo, de la OCDE, de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) y CEPES.

Esta primera reunión fue presidida por la ministra de Trabajo y Economía Social, Yolanda Díaz, destacando que la presidencia española 2020 quiere visibilizar y difundir el modelo empresarial de Economía Social como un modelo de futuro: «Que la Economía Social adquiera un papel relevante en el desarrollo de las agendas y de las economía europeas y mundiales”.

La ministra afirmó que este acuerdo para potenciar la Economía Social “va a facilitar una salida de la crisis con valores, por lo que está llamada a desempeñar un papel clave en la recuperación” tras la crisis sanitaria por el Covid-19. Añadió que “la Economía Social lleva en su ADN las claves de la recuperación”.

Desde CEPES, se destacó la importancia de esta reunión para mostrar a nivel  internacional que la Economía Social es una prioridad estratégica para todos los Gobiernos participantes, para salir de la crisis de manera sostenible, “con empresas comprometidas por sus valores con las personas y el territorio, que crean empleos estables y de calidad, que no se deslocalizan y demuestran que es posible aunar riqueza económica y social”.

La Comisión Europea en su intervención ratificó que ya se está trabajando en el Plan de Acción Europeo para la Economía Social y añadió que en este momento, la Comisión es más consciente que nunca de que hay que apostar por la Economía Social.

FOMENTAR EL EMPRENDIMIENTO COLECTIVO

CEPES trasladó una serie de propuestas para contribuir a la recuperación económica y social de Europa, como fomentar el emprendimiento colectivo como motor para la reindustrialización de Europa. Así, se propuso animar a los más jóvenes a desarrollar proyectos estratégicos emprendiendo de forma colectiva. Como “una forma mucho más resiliente que el individual”, subrayó Juan Antonio Pedreño, presidente de CEPES y SEE.

Por ello, pidió “favorecer una mayor utilización de instrumentos como la transferencia de empresas a los trabajadores, para salvar empresas y puestos de trabajo en toda Europa, como ocurrió en la anterior crisis”. Este instrumento empleado con éxito en España, Italia o Francia, no existe en la gran mayoría de países de Europa.

Además, Pedreño destacó el papel de la Economía Social como vector de una Economía Verde.  SEE y CEPES también solicitaron fomentar e impulsar la digitalización de las empresas y entidades de la Economía Social: “No hay ninguna duda de que el futuro es digital, esta crisis además nos lo ha anticipado aún más, pero también debe ser justo, inclusivo, democrático y con empleo de calidad”.

Pedreño también indicó que “para financiar esta transición hacia una Economía al servicio de las personas y el planeta y movilizar todo el potencial de la Economía Social necesitamos fondos e inversiones. Por ello, pidió movilizar instrumentos financieros europeos, medidas de capacitación para apoyar a las empresas, regular los mercados de capitales a través de fondos europeos: “En definitiva, lo que hemos logrado en este importante acuerdo es que 14 países de Europa actúen de manera coordinada para promover la Economía Social como vector de desarrollo sostenible en el mundo”.

FOTOGRAFÍAS: Parlamento Europeo (archivo)