Los ganaderos de ovino que trabajan con la cooperativa COOVA apenas van a recibir un mínimo de las ayudas destinadas por el Ministerio «y eso, si conseguimos cobrar algo», explica Malena San Millán, gerente de COOVA. Porque en este momento, según dice la letra pequeña de esas ayudas nacionales, los ganaderos navarros han quedado fuera de cobrarlas «por el tema de la foralidad, dicen que no nos corresponden», explica preocupada San Millán.
Mientras Navarra pelea para poder acceder a esas ayudas, y el Gobierno de Navarra trabaja con las diferentes entidades de la Comunidad foral para proponer ayudas que complementen al sector, hablamos con la cooperativa que aúna a los ganaderos de ovino y vacuno de Navarra y trabaja desde hace más de 30 años para garantizar a los productores que todo el género se vende a precios de mercado y cobran por ello desde la cooperativa. Casi 200 ganaderos de ovino, el sector más castigado en esta crisis, llevan cinco semanas parados (una semana antes de que se decretara el estado de alarma) y han perdido más del 85 % de las ventas, porque hay que recordar que muchos ganaderos de porcino, ovino y vacuno mantienen una estrecha relación comercial con los restaurantes, que en este momento están cerrados en toda España.
“Estamos sufriendo como cooperativa y están sufriendo los ganaderos”, contaba hace apenas diez días Malena San Millán, gerente de COOVA. En ese momento, estaban esperando a ver cómo se materializaban las ayudas al sector desde el Gobierno nacional y el foral. Unas ayudas que se hicieron públicas el viernes 3 de abril y ante las cuales COOVA fue contundente: “Las ayudas al sector ovino son de titular de prensa, porque la realidad es que el apoyo al sector y la ayuda al ganadero es mínima”.

Explotación ganadera de ovino.
Así que, insistimos, confiando en poder acceder a las ayudas, San Millán las analiza: «Desde el Ministerio, se ha propuesto una serie de ayudas que distan mucho de la realidad del sector por varios motivos: son ayudas directas al ganadero con un tope máximo tan pequeño que a los ganaderos un poco más grandes no les sirve ni para respirar”; pero además, continúa, “dichas ayudas van dirigidas directamente al ganadero, por lo que los cooperativistas ya no pueden acceder a ellas. Definitivamente, las cooperativas están totalmente discriminadas de la propuesta de ayuda”. Además, recuerda que, durante todo este periodo de crisis, COOVA ha recogido animales de sus casi 200 asociados: “Esto hace que mis ganaderos ya no puedan acceder a esas ayudas, porque esos animales han pasado por la cooperativa”. En consecuencia, la cooperativa navarra, que el año pasado comercializó casi 90.000 animales, solo podría acceder a una ayuda sobre 200 animales y, para ellos, “eso es menor que la dieta que cobra cualquier persona que está en el ministerio tomando decisiones”.
La gerente de COOVA aclara que no es problema del aporte económico destinado: “No cuestiono si la ayuda es mucha o poca, porque tal y como está el país, no soy yo quién para cuestionar el precio que se paga por animal. Pero no voy al importe, sino a la forma de la concesión”. Y continúa explicando que estas subvenciones hablan de tener un mínimo de 30 madres reproductoras (ovejas para producir animales). “Pero da igual tener 30 que 2.000 ovejas para producir, porque la ayuda es para un máximo de 70 animales, por tanto, es desequilibrado, porque hay cooperativistas con más de 2.000 ovejas que no van a notar las ayudas y van a recibir lo mismo que los que tienen 30”.
PROBLEMAS DERIVADOS DE LA CRISIS
Por otro lado, en las ayudas se habla del lechal y del cabrito, que son los animales que deben comercializarse a las pocas semanas de nacer y los que están bajo el paraguas de la IGP Cordero de Navarra (Indicación Geográfica Protegida). El problema es que, “ante la crítica situación que se ha vivido en las últimas semanas, hubo ganaderos que tomaron la decisión de cebar a esos animales y convertirlos en ternascos, en animales más grandes (porque no se estaban vendiendo)”. Por tanto, para cuando han salido esas ayudas, “muchos ganaderos tampoco pueden acceder a ellas, porque sus animales ya no cumplen con los requisitos”.

Algunos ganaderos han decidido engordar a sus ovejas, aunque les está costando dinero adaptar sus instalaciones.
Como se desprende de las palabras de la gerente, las ayudas no se adaptan a la realidad que está viviendo Navarra en la actualidad: “Habrá algún ganadero que vaya por libre y pueda acceder a esas ayudas, pero los que trabajan con una comercializadora, como es el caso de los cooperativistas en Navarra”. Por tanto, llegados a este punto, considera que “deberían permitir que fuera la comercializadora quien accediera a esas ayudas, porque es quien cuida a los ganaderos y quien va a repartir a todos por igual”.
EXPORTACIÓN Y CONGELACIÓN
La realidad del sector, habla de pérdidas superiores al 85 % en las ventas. Por ello, la cooperativa navarra ha ido dando pasos para salvar a los ganaderos y por ello se decidió llevar parte de esos animales para la exportación, mientras que otros ya se están matando para congelar y reservar para más adelante: “Ya hay conversaciones para la exportación, el problema es la Semana Santa y que no se ha desbloqueado del todo el tema de la exportación, que está muy saturada por todos los comercializadores”.
Se está haciendo un gran esfuerzo por abrir ese canal de exportación y, “visto el tema de las ayudas, se va a hacer una campaña de sacrificio de animales para congelar”. Todavía no tienen claros los porcentajes que destinarán a una u otra vía, pero como dice: “Llevamos cinco semanas parados y hay que ir dando soluciones, así que aprovecharemos todas las opciones que podamos para sacar animales a exportación (200, 1.000, 5.000…), los que nos dejen”. Dos soluciones que no son las habituales, pero con las que van a intentar no perder.
¿CAMBIOS FUTUROS?
También son conscientes de que, como sector y como cooperativa, deben reflexionar cuando todo esto pase, replantearse cómo están llevando a cabo este negocio y mirar hacia posibles cambios en el futuro: “Esto nos tiene que llevar a una reflexión y replanteamiento general por muchos motivos: ver qué está pasando para que no se demande tanto la carne de cordero, qué podemos hacer para poner en valor el producto que tenemos, etc. Tenemos que reflexionar y a partir de ahí potenciar nuestro producto”.
El sector ovino, como una parte del vacuno, hace una labor muy importante en determinados territorios de mantenimiento del medio ambiente y “eso debemos ser capaces de monetizar para mostrar cuánto está aportando a la sociedad. ¿Está la sociedad compensando ese valor que le damos? Necesitamos que se vea diferente este negocio, que se aprecie el valor y la aportación que hacemos”.
Precisamente, hace apenas dos semanas, lanzaron una campaña de concienciación de la sociedad navarra e iniciaron la vía de la venta directa, como una salida más a la situación que están viviendo: “No nos soluciona económicamente, porque está siendo mínima para las cantidades que tenemos, pero es muy grato poder llegar a gente que ha sentido ese punto de concienciación sobre el producto local y sobre el problema de los ganaderos”. Y se emociona recordando cómo esos clientes han respondido tras la compra del cordero: “Algunos nos han escrito con una foto de lo que han comido y nos dicen lo buenísimo que estaba… No te soluciona económicamente, pero hemos llegado a los corazones de la gente y creemos que ese es el camino”.
FOTOS DEL ARTÍCULO: Cedidas por COOVA y archivo.