Miles de agricultores y ganaderos navarros recorren las calles de Pamplona, acompañados por más de 200 tractores, para exigir «unos precios dignos» en sus productos primarios. De forma pacífica, han realizado dos marchas: los tractores desde el Sadar y un particular encierro desde Santo Domingo, con seis tractores que han hecho las veces de toros. Ambas se han encontrado en la plaza de Merindades.
Antes del cántico en la hornacina, que ha dado el pistoletazo de salida a la manifestación, hablamos con José, que viene de Tudela, tiene una explotación agrícola y tres hijos: “Les he enseñado las cuentas a mis hijos, las han visto y ya les he dicho que estudien y busquen trabajo en otro sitio, porque en el campo no hay futuro”. Junto a él, más gente de Tudela, de Peralta y alrededores reconocen que “llevar 40 años con los mismos precios en los productos del campo, cuando la vida ha subido tanto, no es normal”.
Más allá, gente de Larraga, Berbinzana y Artajona charla sobre la realidad que viven en sus campos y repiten la misma realidad: “Venimos a protestar, porque llevamos 40 años con los mismos precios”. Por ello, van a “intentar conseguir algo, pero no queremos promesas, queremos que sea real”.

José Mari Martínez (UCAN) y Félix Bariáin (UAGN) en la cabecera de la manifestación. (Fotos: Maite H. Mateo)
Al lado, un grupo llegado desde Dicastillo explica que ha venido a Pamplona “para reivindicar la miseria en la que se está quedando el campo”. Y advierten: “No pedimos ayudas, pedimos justicia”. Porque “suben los precios del abono, del gasoil, pero no suben los cereales”.
En el mismo grupo de Dicastillo hace memoria José Antonio: “Cuando me casé hace 40 años, el kilo de trigo valía 29 pesetas, hoy sigue valiendo lo mismo o menos”. Y se oye a los agricultores de Peralta: “Tenemos muy mala solución, pero por eso estamos aquí”.
“Venimos a protestar porque llevamos 40 años con los mismos precios, cuando la vida ha subido tanto. Y eso no es normal”, dice Javier, de Mendigorría, se apenaba al hacer memoria. Y a su lado, un grupo de agricultores de su mismo pueblo asiente: “Tenemos unos políticos muy majos. Ellos se suben el sueldo y a nosotros, los impuestos”.

Uno de los tractores-toro, a su paso por la plaza del Ayuntamiento.
Las denuncias se suceden entre los miles de agricultores y ganaderos que este miércoles marchaban por las calles de Pamplona para exigir «precios dignos»: los precios que no han subido en 40 años, justicia para quien produce calidad, no quieren ayudas, quieren que se les entienda y respete sus productos… La manifestación, organizada por UAGN y UCAN, se enmarca dentro de las protestas convocadas por las organizaciones agrarias en todo el país. Y advierten: “A veces, te callan la boca con alguna subvención, pero no queremos subvenciones, queremos justicia”.
78 AGRICULTORES JÓVENES EN NAVARRA
Entre los cientos de participantes venidos de todos los rincones de Navarra, se encuentran los presidentes de UAGN y UCAN, Félix Bariáin y José Mari Martínez, respectivamente. Ambos atendían a los medios de comunicación minutos antes de que se celebrara un curioso encierro, con seis tractores en lugar de astados.
Bariáin proporciona un dato demoledor: “Hay solo 78 agricultores menores de 30 años en Navarra”. Una cifra que, según él, refleja el peligro que azota ahora mismo al sector agrario: “Al final, a nosotros ya no nos queda mucho. Pero, ¿y nuestros hijos? No pueden seguir nuestras explotaciones porque no hay futuro”.

Un grupo de agricultores jóvenes (menores de 30 años) de Gallipienzo.
Cristian, llegado desde la capital ribera, es uno de esos jóvenes que quiere seguir en el campo. Pero considera que lo tiene realmente difícil. “Me manifiesto por nuestros derechos y pedimos a los políticos que se nos valore un poco más porque estamos dando de comer a la sociedad y no se nos valora esta labor que hacemos. Mientras no mejore el sector, no se puede animar a la gente a trabajar en esto”, afirma.
Otro de ellos es Mikel, arguedano de nacimiento, de 27 años y que se suma a la movilización junto a un grupo de su pueblo y de Valtierra. “Reivindicamos algo que es justo, unos precios dignos y que se empiece a cuidar al sector primario. Un país sin el sector primario en condiciones no tiene futuro. ¡Somos el futuro!”, exclamaban molestos.
LA REGLA DEL 33 %
Bariáin hace hincapié en que los consumidores están pagando precios excesivamente elevados por los productos primarios que compra. De hecho, recuerda que aumentan un 500 % respecto a lo que recibe el agricultor. Entonces, ¿qué hay que hacer para que la distribución de ese dinero sea justa? “Esos márgenes, que nadie quiere decir que los tiene, se quedan en algún sitio”, alerta el presidente de UAGN, quien apela a la regla del 33 %: “Debería ir el 33 % a la distribución, otro 33 % a la industria y otro 33 % al productor”. Pero la realidad, según él, es que “ese 33 del productor se reparte entre industria y distribución”.
Por eso, tanto Bariáin como Martínez coinciden en la necesidad de que el Gobierno central tome conciencia de esta situación “y legisle para que se cumpla. Si no, nos van a seguir teniendo en las carreteras”. Y ambos se muestran esperanzados de que las protestas surtan efecto: “Estamos siendo noticia en los últimos días en todos los medios y debe ser un punto de inflexión para que la sociedad se dé cuenta y los políticos sepan que algo se ha hecho mal en Navarra si hay solo 78 agricultores menores de 30 años”.
Tanto Bariáin como Martínez resaltan que la sociedad “está apoyando”. Pero algunos manifestantes hacen una llamada de atención a los consumidores: “La materia prima también está en Marruecos, China, Perú y en Honolulú, pero no la calidad alimentaria que nos demanda a nosotros Europa”. Por eso, existe un gran problema con “la competencia desleal permitida, consentida, hecha y practicada”, ya que “se etiquetan los productos de Navarra y los que vienen de fuera están en letra muy pequeña”. Una petición para que el consumidor compre producto de aquí.
EL TRUCO PARA SOBREVIVIR
Ante los datos demoledores de márgenes, algunos agricultores explican cómo consiguen sobrevivir: “tirando de imaginación y de las horas de descanso”. Es decir: “Regamos por las fincas por la noche, porque la energía es más barata, ¿qué sector está trabajando por la noche para poder pagar la energía de lo que produce?”. Y cuando tanto se está hablando de calidad de vida de los trabajadores, los propietarios de explotaciones trabajan también “los fines de semana, porque es más barata la energía”.