Emaús Internacional es un ejemplo de cómo conjugar la lucha contra la pobreza y la exclusión social con el desarrollo económico sostenible y la defensa del medio ambiente, según puso de relieve la presidenta de la Comunidad foral, María Chivite, durante la entrega del premio Navarra a la Solidaridad que otorgan el Gobierno de Navarra y Laboral Kutxa.
El acto tuvo lugar este miércoles en el Salón del Trono del Palacio de Navarra, con la presencia del presidente de Laboral Kutxa, Txomin García, y la consejera de Derechos Sociales, Carmen Maeztu. Por parte del ‘Movimiento Emaús Internacional’, asistieron su presidente, Patrick Atohoun, quien recogió el galardón, así como la delegada general de la organización, Nathalie Peré-Marzano, y el delegado en España, José María García Breso.
El premio, instituido en 2002, tiene como finalidad reconocer a personas, ONG o instituciones que destaquen por su labor voluntaria en el ámbito de la cooperación internacional al desarrollo y en la lucha a favor de los sectores y países más desfavorecidos. Además, reconoce el trabajo de quienes contribuyen a la consecución de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) y a la creación de un mundo más justo.
El movimiento, que cumple este año su 50 aniversario, está formado en la actualidad por 360 asociaciones, con presencia en 37 países. Su candidatura fue presentada por la Red de Economía Alternativa y Solidaria (REAS Navarra) y resultó elegida el pasado mes de junio por el jurado de entre 35 candidaturas.
ALINEADOS CON LA AGENDA 2020 Y LOS ODS
La Presidenta Chivite destacó en su intervención que los compromisos del «Movimidento Emaús Internacional» están alineados con la Agenda 2030 de desarrollo sostenible que promueve la ONU para erradicar la pobreza, la injusticia y la desigualdad y frenar el cambio climático. En este sentido, recalcó que Navarra ha asumido “de manera decidida” estos compromisos, tal como se refleja en las diversas políticas públicas que está desarrollando el Gobierno de Navarra.
María Chivite tuvo palabras para Traperos de Emaús, la organización de este movimiento que opera en Navarra, y a la que definió como un referente en la Comunidad en el mundo de la solidaridad: “Una organización dedicada al reciclaje y la recuperación de materiales, pero que también se mueve en el ámbito de la economía social y solidaria, y que crea empleo digno para que las personas más desfavorecidas, muchas de ellas migrantes, puedan vivir su trabajo dignamente”.
Finalmente, puso de manifiesto que el premio entregado a Emaús Internacional no sólo reconoce su labor, sino también la forma de desarrollarla, implicándose en la transformación social, “sin quedaros en el mero asistencialismo hacia los que se sitúan en los márgenes de la sociedad”.
Por su parte, el presidente del Movimiento Emaús Internacional, Patrick Atohoun, tras agradecer el premio en nombre de todos los grupos de la organización, destacó que, “la globalización se encuadra en un modelo económico dominante que se basa en la financiación de la vida, la competencia y la competición. Es un modelo discriminatorio y da lugar a muchas exclusiones”.
Además, añadió que, “más allá de las alternativas locales que podamos aportar nosotros al mundo, contamos también con la capacidad colectiva de construir una palabra política justa y presentar propuestas para la sociedad a escala mundial y así crear un mundo solidario”.
Según Atohoun, si en su organización tienen capacidad de ayudar a las personas más excluidas a recuperar sus derechos, “creemos que los actores públicos deberían también poner en marcha políticas al servicio del bien común y de los más excluidos». En este sentido señaló que, “es un honor el premio que nos concede el Gobierno de Navarra por nuestra visión clara de poner las políticas públicas al servicio del interés general y de la solidaridad”. Asimismo, agradeció la política que realiza el Ejecutivo foral en este ámbito ya que reúne los ideales que Emaús encarna con otras organizaciones de la sociedad civil. E incidió en la necesidad de dar respuesta a retos como la emigración ya que, “no nos enfrentamos a una crisis de las políticas migratorias, que son ineficaces, inhumanas y letales”.